lunes, 18 de noviembre de 2019

PÁJARO




“Nadie recordará las razones del pájaro”.

Patricia Guzman
El Poema del Esposo


Samuel Robinson no “nació”. Vino al mun­do nadie sabe de dónde. Fue encontrado a los pies del zaguán de la casa familiar de los Carreño Rodríguez. Nadie sabe con certeza la fecha de su nacimiento. El nombre que le fue dado - Simón Rodríguez Carreño - es totalmente fortuito. La tradición oral asu­me el día 28 de octubre como la fecha de su nacimiento, día de San Simón. Aunque debiéramos decir advenimiento.

Fue criado por letrados y sacerdotes. Por tanto, desde muy temprana edad, supo cómo se maneja la conciencia de los hombres con la imposición de ideas supersticiosas y pre­gones absolutistas. Su hermano, Cayetano – futuro padre de Teresa, la gran pianista caraqueña, quien desde chico tenía alma de músico -, también fue abandonado a los pies del mismo zaguán por la misma madre des­conocida. Dicen que esto se aclaraba en la nota de entrega. Dicen, por supuesto, los ve­cinos malhablados, que se trataba de los hijos bastardos del Padre Alejandro Carreño. Se desconoce quién era la madre: aunque para éste curioso pájaro inquieto siempre estuvo claro que no era huérfano. Simón Rodríguez seguramente siempre intuyó que era hijo de la Patria Grande y hermano de la vida.

Fue un comelibros mayormente autodidac­ta. Se caracterizará toda su infancia y ado­lescencia – que supo hacer eternas - por seguir apasionadamente su ideal de pensar en libertad plena y hablar espontáneamen­te sobre lo reflexionado sin seguir método alguno de pensamiento salvo el establecido por él mismo valiéndose de las virtudes in­herentes a todo ser humano: Disciplina en el saber, curiosidad, imaginación, espíritu aventurero, lógica y sentido común desa­rrollado. Su vida estuvo dominada por la pasión de las letras.

Desde muy joven trabaja para el cabildo de Caracas. Quería compartir rápidamente sus reflexiones sobre la naturaleza de las cosas con cualquiera, pero principalmente con los niños. Se hizo un maestro que enseñaba di­virtiendo. Enseñaba en el campo, bajo los ár­boles, dentro de las quebradas y riachuelos. Esto ayudaba a formar con independencia la conciencia de especie que esperaba desper­tase en sus estudiantes. Servía al espíritu, a la fortaleza del cuerpo, al mundo que lo rodeaba y sentía. Era un amante y un amado. En su aula tuvo 114 alumnos – epistemológi­camente, seres sin luz -, de los que 74 paga­ban por sus enseñanzas y 40 eran educados gratis puesto que no sabían pagar. Se adecua­ba a las edades de sus pupilos a pesar de las distintas y diversas edades. Inculca “buenas” costumbres – au contraire de las excelentes y congeladas visiones del mundo academi­cista colonizador – y amor por la libertad. Uno de sus estudiantes, el más terriblemente inquieto de los niños, fue un tocayo suyo: Simón. El joven Maestro, precursor y ani­mador de la inquietud y de la animadversión al orden establecido y esclavizante, hace su tarea: independiza al futuro Libertador, lo divorcia de la realidad tradicional y lo acer­ca a la verdad futura; le ayuda a conseguir la perspectiva propia de un creador, a intuir su faena y a calcular fuerzas. Convierte a su alumno predilecto en un ser cuerdo entre aquellos mediocres colonizados que se au­toestiman depositarios del buen juicio y de la sensatez, y a los ojos de los cuales la Inde­pendencia tenía que ser fruto de la demencia secular. En la cabeza de este precoz niño cae el gran proyecto que esperaba aplicar con sus primeros 114 alumnos: Crear a nuevos hombres, verdaderos republicanos dueños de sí mismos. Para ello, se tendrían que ce­rrar las tumbas escolásticas de la enseñanza academicista y abrir los ojos a la naturaleza de las cosas. Esto debía adquirirse por la ex­periencia de la vida misma, a la que había que entregarse sin miedo, abriendo bien los ojos, hasta darse cuenta que tener miedo de vivir es la decisión más estúpida que ser hu­mano alguno pueda tomar. Simón Rodríguez enseña antes que nada a ser fuerte de alma y cuerpo como  una sola entidad, a convivir con la naturaleza sin ser víctima de ella. Enseña a dar grandes caminatas, a cabalgar días enteros, a nadar, a saltar. Transmite oralmente cuanto puede y se permite como individuo. Lee en voz alta a los grandes clásicos. Animadamente, asiduamente, intensamente. Era un hombre peligroso. Muy peligroso.



Un día, simplemente zarpó. Perseguido por revoluco filósofo, se pierde su rastro en el mar de la historia. Viajó por muchos años huyendo de la inquisitiva y perversa igno­rancia de su tiempo. Aprendió inglés en Ja­maica asistiendo a una escuela normal de niños que miraron ex­trañados como un señor de cabellos enma­rañados asistía a clases, dando ejemplo de que el proceso edu­cativo del ser humano dura toda la vida. Se embarcó a EUA, de quienes aprendería que el concepto de libertad se maneja convenien­temente según los intereses económicos de los explotadores de los más desvalidos. Lue­go, se embarcó a las ruinas bélicas europeas en un afán intenso por conseguir comprender al género humano y aprehender el espíritu europeo. Como él mismo diría: “Yo estuve en Europa por casi 20 años, trabaje en un La­boratorio de Química Industrial […] Asis­tí a algunas reuniones secretas orientadas hacia la democracia […] Estudie un poco de literatura, aprendí nuevos idiomas y di clases de lectura y escritura de una escuela ubicada en un pequeño poblado Ruso”. Se ligó con grandes pensadores y escritores de la época cuyos cerebros afiebrados por la fi­losofía romántica idealista alemana ya intuían el futuro colapso de la especie humana debi­do a la ambición desmedida producto de la explotación del hombre por el hombre. Él, mestizo, mejor que nadie haría síntesis en sí mismo y con sus reflexiones, sentando las bases del ya naciente pensamiento filosófico dialéctico socialista. Antropófago. Kariña.

Durante ese largo viaje, tuvo un encuentro con su discípulo amado, a quien quiso como a un hijo, sin apegos. En ese encuentro, este joven que sería el más extraordinario de los soldados libertarios, anunció la profecía de independencia y libertad para expulsar todo yugo de las tierras de gracia que encierran las mayores riquezas de la humanidad. Aún hoy sigue en pie este juramento.

En 1823, regresa a su querida tierra mesti­za. Recibe una misiva donde se le anuncia de este modo los resultados de sus prácticas filosóficas y de enseñanza: Usted, maestro mío, ¡cuánto debe haberme contemplado de cerca, aunque colocado a tan remota distancia! ¡Con qué avidez habrá usted se­guido mis pasos, dirigidos muy anticipada­mente por usted mismo! Usted formó mi co­razón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló. Usted fue mi piloto, aunque sentado sobre una de las playas de Europa......En fin, usted ha visto mi conducta; usted ha visto mis pensamien­tos escritos, mi alma pintada en el papel, y no habrá dejado de decirse: “¡Todo esto es mío! Yo sembré esta planta; yo la endere­cé cuando tierna: ahora, robusta, fuerte y fructífera, he ahí sus frutos; ellos son míos: yo voy a saborearlos en el jardín que plan­té: voy a gozar a la sombra de sus brazos amigos; porque mi derecho es imprescripti­ble, privado a todo”...Sí, mi amigo querido, usted está con nosotros: mil veces dichoso el día en que usted pisó las playas de Co­lombia. Un sabio, un justo más, corona la frente de la erguida cabeza de Colombia.

En estas palabras, El Libertador, quizás re­conozca, la gloria de quien silenciosamen­te fue el verdadero Padre pensador del gran proyecto republicano para los pueblos del Sur. Pero estos homenajes quedan cortos. Samuel Robinson, el hijo expósito de la tie­rra, planteaba una gran revolución para toda la humanidad. Esta habría de comenzar en América. Y se extendería por toda la Tierra: La Revolución por la construcción de la Su­prema Felicidad Social. 


En 1829, retirado de la docencia, establece en Azángaro, sobre las riberas del Lago de Titicaca, una fábrica de Velas que, irónica­mente, él llamaba “De luces americanas”. Pero reclamado por la población cedió a encargarse de nuevo de la Educación. Des­pués de la muerte del Libertador, en 1830, se traslada a Lima y luego a Huacho. En 1833, fue nombrado Director de estudios del Departamento de Concepción, este mis­mo año, en Chile se entrevista con su com­patriota Andrés Bello - el otro padre de la independencia del Sur quién sentó las bases de nuestra lengua con su GRAMÁTICA y la SILVA A LA AGRICULTURA DE LA ZONA TÓRRIDA - y funda una escuela de Barrio. Después de algunos años de perma­nencia en aquella República, pasó a la del Ecuador donde fue nombrado catedrático de Botánica y Agricultura del Colegio de Latacunga. En 1846, regenta un Colegio en Quito y en 1847, se traslada al Sur de Co­lombia, entregado siempre a su pasión de enseñar. Luego se enrumba a Perú, donde murió, pobre y sin hogar a los 83 años de edad, el 23 de Febrero de 1854, en el hu­milde pueblecito peruano de San Nicolás de Amotape. Murió fruto de un gran resfriado contraído por un naufragio al que sobrevi­vió mientras luchaba por salvar sus manus­critos de las olas del mar. Dice la tradición oral que antes de morir, mandó a llamar al cura del pueblo quien lo odiaba por ateo. El cura accedió a visitarlo si Robinson le per­mitía la extremaunción de los desahuciados. Samuel mentiría con tal de hacerlo venir y tener una última conversación. Dicen que la charla final del gran Maestro duró horas enteras hasta entrada la noche y que el cura del pueblo se fue – sin conseguir confesión alguna, pero sí pregonando su propia igno­rancia - pidiendo que cuando a él le llegase la muerte le enterrasen junto a este hombre, el único ser humano verdaderamente libre que había conocido y que quizás existía: Samuel Robinson murió fabricando una vela en el espíritu de un hombre que había sido engañado por los dogmas de la época. Con su último respiro, dio una clase final que aún permanece viva en la memoria de los pueblos.

Han dicho oficialmente que sus restos descansan junto a los de su discípu­lo amado, en el Panteón caraqueño. Curio­samente, los pobladores de Amotape, no hace muchos años, mientras se hacían los trabajos de remodelación de la iglesia del pueblo, consiguieron una tumba sin nombre en las bases del humilde templo. Ellos aseguran que se trata del viejito Samuel Robinson quien aún en la eternidad sigue siendo pájaro esquivo. Quizás El Maestro ha decidido quedarse para siempre entre los pobres de la Tierra Sur, iluminándolos con su llama eterna de ideas y libertad. Salve.


miércoles, 13 de noviembre de 2019

Mamihlapinatapai (Poesía) / Matineé de los Domingos (Narrativa)

https://issuu.com/alanseamus/docs/mamihlapinatapai
 https://issuu.com/alanseamus/docs/matinee_de_los_domingos

viernes, 14 de junio de 2019

ACERCA DE PÁLIDAS BONAPARTÍSTICAS


“…el cine, como producto original de la burguesía,
casi siempre ha respondido mejor 
a los intereses del capitalismo
que a los del socialismo.”

Tomás Gutierrez Alea

 


¿Por qué la masa obedece – sugestionada- a impulsos irresistibles y a incitaciones feroces y estúpidas? En MAN ON WIRE (James Marsch, 2008), protagonizada por el funambulista Phillipe Petit, el cable y dos edificios que ya no existen, el equipo de producción entero hace un ataque cultural terrorista: Denuncia –preanunciando tácitamente- el autobombardeo de las torres gemelas por parte del gobierno plutocrático imperial narrando el cómo fue llevado a cabo no sólo el atentado creativo del 6/7 de agosto del 74, sino también la larga construcción de toda la maciza estructura arquitectónica icónica capitalista del world trade center (Centro Mundial de Comercio).  Pero, denunciándola… ¿acaso no podría incluso concluir el espectador avezado que se trata de propaganda terrorista proimperial? Porque, después de todo… ¿hasta dónde son capaces de llegar ese 1% de la población mundial que controla las finanzas? ¿No es éste grupito – a lo sumo – el único y gran antagonista? Dejar testimonio del “crimen cultural del siglo” contándolo como si se tratase de una película de Hitchcock, usando los mismos elementos narrativos de un thriller… sin hacer menciones directas a la política… ¿o el crimen cultural del siglo comenzó a fabricarse desde antes de cimentarse las bases de esas megaestructuras?  ¿Las referencias en blanco y negro de un minifelipe soñador funámbulo? ¿Y si el crimen cultural del siglo fue una demolición programada? ¿Y si esas torres fueron construidas para ser demolidas? Basta revisar las fechas. O la secuela DIE HARD. ¿Es realmente éste el crimen cultural del siglo? ¿Alguien pensó – mientras veía  a Felipito guindado en el cable - en la gente que se mandó guindada a enclavar las cabezas de águila del Empire State Building, esas mismas que remiten –sin duda- a las gárgolas de las catedrales del medioevo? ¿No fue deporte de riesgo porque no habían cámaras? Bueno, no hay que ser malagradecidos… Ver una película como MAN ON WIRE me hizo pensar en esos anónimos obreros. Ojo al piojo. Al ser detenido por la NYPD, Phillipe Petit responde al ¿Por qué? de los mass media: No lo sé. No hay razón. Es hermoso. Dicen los apócrifos que Nerón decía palabras similares mientras veía a Roma arder. Y en el corto de Sean Penn dedicado al 9/11, luego de la caída de esos dos edificios dorados, una rosa roja marchita pudo finalmente abrirse a la luz del Sol y borrar de la memoria a nuestro maestro Allende. Médico. Ambulante.

 


 

 

Al reflexionar sobre la responsabilidad del artista, previene Jean Clair que “…en nombre de una fuerza inconsciente que supone expresión a un tiempo incoactiva, singular y por siempre interminable, (…) de una racionalidad que impone borrar su pasado y aun su historia reciente, (…) practicando una política de tierra quemada a sus espaldas, la obra perdía sus caracteres propios para no ser ya sino producto anónimo de la Historia.” (Clair, J. (1998). La Responsabilidad del Artista. Pág 28). Así, obrar sería un acto parricida a ciegas, sin unidad orgánica. Garabatos. Por más que se presente una pieza de forma ordenada, “pura”, en el fondo no pasa de ser un garabato si no va acompañada de memoria. Raices. Del mismo modo que haría un parricida calculador, partiendo de afinidades electivas, se puede hallar en algunos estilos de expresión un recurso para establecer empatías con la masa y, desde ese ámbito, proceder fácilmente con la manipulación sistemática. Por ejemplo, cuando antes de alzarse con el poder en Alemania, el partido nazi animaba las tendencias expresionistas por lo fácil que, ante su influjo, se subyugaban los sentidos, afectándolos antes que apelar a ellos. Por ésta subyugación a la sensibilidad irracional fue mucho más fácil someter al pueblo más culto de Europa y hacerlo cómplice del monstruoso proyecto de un sujeto como Hitler. El principal artífice de esto fue, por supuesto, Joseph Goebbles. 

 


 

Para 1929, se afirmaba en los círculos culturales que la estructura interna cultural de la nueva Alemania era expresionista. Edvard Munch llegó a ser homenajeado múltiples veces en éste contexto. Su obra subrayaba – quizás sin quererlo – el discurso populista nacionalsocialista sobre el sacrificio del pueblo en las trincheras de la anterior guerra. Para 1933, el conflicto interno por asumir el poder en el seno del partido nazi se tornaba cada vez más violento e iba por la conquista de la liga nacionalsocialista de estudiantes, quienes se manifestaban adherentes al tormentoso movimiento expresionista. Pero a Hitler le gustaba la pintura detallista hasta el último pelo, se sabe que poseía cuadros de desnudos en su apartamento, realzando el culto enfermizo al cuerpo: ley, medida y orden - los futuros valores del estado nacionalsocialista – eran la justificación. El uso que se hizo del gesto expresionista, el pathos de su repertorio, se blandió como arma. Todo frenesí empático se utilizó para simular el dominio de las técnicas. En 1938, Edvard Munch fue calificado de “degenarado” y se le declaró persona non grata para ser expulsado de Alemania.

 


 

 

En el campo soviético, no pasó algo menos distante. Lukács se declara enemigo del expresionismo por las mismas razones que esgrimieron posteriormente los nazis y, también como ellos, fue despreciando a todo abstraccionismo que se apartase de la realidad como si se tratase de reacciones alejadas de “las realidades objetivas de las relaciones sociales”. (Clair, J. (1998) La Responsabilidad del Artista. Pág. 48). Sin embargo, no se puede olvidar que  un gran número de discípulos de la Bauhaus se declararon simpatizantes del Tercer Reich y que, incluso, titanes como Le Corbusier llegaron ofrecer sus servicios a Mussolini y a Stalin. Vale la pena recordar el destino de Aleksandr Rodchenko, quien luego de ser adherente al troskismo leninismo, reniega de él para convertirse en propagandista oficial de la URSS y terminar borrando la presencia de Leon Troski en fotomontajes ordenados por Stalin. Después vería que la libertad artística no puede mezclarse con el poder: terminó pintando payasos y caballos de circo y carrusel, como forma paradójica de protesta. Son muchos los mecanismos de manipulación que utilizan los proyectos políticos totalitarios – fascistas, falso comunismo autocrático, capitalismo global corporativista – para convertir a los trabajadores creativos, artistas, en soldados o lacayos cómplices de sus intereses. Los concursos, la competencia, la descalificación pública: todo ello sólo demuestra el temor profundo a los intelectuales propio del revanchismo ególatra y la vanidad política aparejada al desprecio por la enseñanza y las tradiciones enraizadas en el anonimato de las comunidades primigenias, entre otras, por mencionar un ejemplo cercano.

 


Los políticos piensan que con hablar mentiras de la realidad entonces la realidad se materializará literalmente según la mentira descrita en sus malas retóricas. Así, por ejemplo, el actual gobierno cree que hablando todos los días del plan de recuperación y prosperidad económica se logrará la recuperación y la prosperidad económica. Pasa algo similar con la cultura. Sobre todo lo que institucionalmente llaman CULTURA POPULAR aquellos que dicen que dicen y hacen pero no dicen ni hacen nada. Demasiado desarraigo.

 


       

La crítica debe integrar investigación, comunicación y difusión, absorber el problema estético, cualquier interrogante lingüístico que se presente en el escritor que la hace y no para el consumo de una élite intelectual, sino para el conjunto de personas-sujetos-ciudadanos-seres humanos que integran la sociedad y dan vida a la realización del  sinsentido social en el que todos estamos inmersos. De allí la importancia de los distintos niveles de lectura que deben inferirse de cualquier texto crítico que se presente a sí mismo como tal. Tomar cuenta -al llevar a cabo cualquier análisis- de la densa diseminación de lenguajes cifrados, tácitos y cómplices hace de cualquier reflexión mundana "una obra de alto vuelo" lejos de aquel paradigmático axioma sobre lo que quiere el público que sabe lo que quiere y desea y por tanto hay que dárselo como sea y a costa de lo que sea porque lo hecho hecho está y lo que importa es vender la mercancía y que te den la pasta porque eso de que te vas a tragar tus palabras con Cocacola es una amenaza directa propia de cualquier farandulero reaccionario que argumenta sus afanes por la plata con historias de subterfugios y transacciones calientes de yerbabuena en conjuntos residenciales donde el cemento lava el dinero malhabido con piedra y bazuco. Culebras sapas que se burlan del gentilicio y la identidad de los abuelos: las chicas de canes, maricones y dealers. Mucho humo, como aquel cancerbero que consiguieron aconsejando a la esposa del productor del disco que quedaría inédito. Ladykiller.

-  No jipitijop language in here!




   

Es que una careta de estadista no desmonta argumentos y expone los propios, sino que amenaza y descalifica porque la incapacidad para escuchar ideas colidantes con esquemas mentales importados que siguen agendas entreguistas es propia de cualquier actitud gobernante inmersa en la psicología de masas del neofascismo. En la silla hay un bruto, que vino del senado y apuñaló tragicómicamente al caudillo. Por eso es más fácil levantarse de la silla, suspender una entrevista y, posteriormente,  salir a un terreno baldío dando instrucciones a tres o dos barrigones para que los flaquitos chambeadores de los márgenes poblados aledaños sean y encarnen la expresión más inhumana del accionar feudal de un pran opresor, globalista y vendido a los intereses de las trasnacionales patronales como cualquier sindicalista que se bautiza a sí mismo de obrero.

-  “Y aquí vamos… En el miércoles productivo. Trabajando la tierra.”



Yo no lo vi ni agachado arrancando monte. ¿Y usted? Lo que sí veo es la deserción masiva del personal docente y de investigación, profesionales, técnicos, administrativos, obreros y, principalmente, estudiantes - muchos con un alto grado de preparación y experiencia - porque la ausencia de condiciones mínimas de trabajo aúpan la renuncia y le facilitan el camino al panzón oportunista que imita a la perfección la psicopatía del gobernante impuesto a dedo: su dedo. Aulas vacías que atentan contra la socialización. El psicópata sindicalista sabe que sin docentes ni estudiantes no hay educación posible: los que queden se integrarán a la chamba juvenil o senil. Piensa el psicópata sindicalista que con las migajas del erario público se conforman. Y es que en el desencanto del mundo del traidor la realidad nunca será confiable porque el traidor es sujeto de desconfianza debido a que cambia: un día nos muestra un rostro y otro día otro. No cree que existan francos y honestos sobre la misma tierra. Y quiere, claro, que todo el que pretenda respirar la niebla del buen pote de humo reaccionario que lanza e impone cada día censurando silenciosamente las redes comunicacionales haga lucha por “la línea política correcta” para “transformar” en combate sucio por el dominio político de la organización social toda intencionalidad creativa subvencionada: Es el canibalismo del reino de las contradicciones secundarias que quiere llevarse por delante a la Poesía.  Jipitijop, alcohol y yerba cortesía de la CIA. Una pálida fenomenológica recomendada para menores de 18 años.  La vaina es que mataron a un caudillo y lo hicieron mito incómodo que pesa y es insoportable para sus malas conciencias. Y no porque lo escuchen, precisamente. Recordemos: el traidor no sabe escuchar porque desde su “nube” de falso poder ha tenido por costumbre pasar por encima de la ley, manipulándola a su antojo, corrompiéndolo todo, olvidando que los efectos en  la conciencia ciudadana más temprano que tarde lo alcanzarán.


-        -   Mussolini, Nicolau… Se te olvida la plaza cada vez menos concurrida y más angosta. Ya es tendencia.



¿Se explica la voluntad que tienen de eludir la verdad y torcer los hechos para asegurar la carrera política y el prestigio de los “dirigentes” que arrastran pasados oscuros? ¿Luis Britto García se acordará de Roque Dalton? La dilación del inevitable enfrentamiento con los hechos históricos ha terminado por producir charcas éticas y barriales epistemológicos en la cultura de la nación. Populismo cultural disfrazado de nueva cultura y nuevo lenguaje.

Para algunos, los diversos niveles de lectura de cualquier obra surgen de la necesidad que tienen desde el sistema opresor de incorporar por ósmosis argumentos que parten de la cultura de masas, asumiendo y haciendo "temática" parte de esa cultura de masas, disfrazándola de saber revolucionario, de "desmitificación de estereotipos" cuando la narrativa misma se origina en una práctica contradictoria que quiere a todas luces ser polémica sin lograr serlo, íntima pero públicamente lacaya, mostrándose como propia de gente del oficio más viejo de la historia humana. Audiovisual, para el caso en cuestión. Es decir, se delatan solos. Publicidad. ¿Cuál es la merca? ¿Comunicación participativa? ¿Encuentros? ¡Propaganda! Una escandalosa caja CLAP usada como elemento disuasivo, portándose como arma blanda contra el pueblo por el otrora ejército libertador del Sur.

-           Cuidao con la moto! ¿Cómo te fue en Paris, reflejo de sombra?




Ante las frecuentes adopciones de tecnicismos eficientes propios de cualquier falsa modestia que sirva de refugio edulcorado al crítico solitario inapelable  - boicoteado por decisión propia y calculada - nacen las variantes acríticas acomodaticias de la asunción de la realización audiovisual popular actual salsosa en onda urbana repleta de tics y guiños al arte de la inteligencia de Dulles con sombrero de cogollo: La economía cuántica del cuánto hay pa eso o convertir lo real en ideal y lo ideal en real por el poder de los símbolos hechos mercancías, piezas reducidas a hacerse parte del intercambio capitalista, “disimuladas” campañas multimedias narcotizantes o Cabral asesinado por traficantes en Guatemala. No sé si me explico. Como él mismo trovador diría en ese último concierto: la falsa fuerza moral de aquella monja que lucraba con la miseria hacía que nadie le pidiera pasaporte en los aeropuertos. Habrá que incorporarse en la lucha por el nuevo cine que enfrente todos los desmanes superorganizados del enemigo. Además, ¿qué otra forma de destruir la hegemonía institucional más efectiva existe?

- ¿Verdad, Napo? Ni el tabaco ni el velón te salvan.



El discurso político tiene por sí un carácter persuasivo de interpelación y manipulación con juegos de componentes contextuales y coyunturales que permiten una rígida e invisible cantidad de modalidades de producción, circulación y recepción que sirve a los grandes intereses económicos de ese 1% de la población mundial, mejor conocida como plutocracia, con una tecnología de transmisión seriada de imágenes dinámicas que constituyen su soporte hegemónico. ¿Qué puede hacer el individuo solitario, aislado cada vez más por esa política de convergencia de intereses en la época del coltán, cuando hasta los noticieros se han apropiado de las técnicas de agitación política de propaganda y publicidad electoral? RESISTIR, organizar. Pasar a la ofensiva. Cultural. Ideológica. Sencilla. ¿Hablar de sí mismo, de la obra hecha, podrá ser considerado suficiente? ¿Pasar revista de un currículo? ¿Qué caracteriza lo que se pueda tomar como participación y aportes de carácter social y comunitario a través de herramientas artísticas y de creación? ¿La disolución del espacio tiempo donde los procesos registrados se presentan con un orden y velocidad que no corresponden con la objetividad de los hechos sino, más bien, a una posible explicación individual de hechos vistos de forma incesante que se opone abiertamente a representaciones teatrales? ¿La experimentación literaria que, en cierto modo, se constituye en licencia para delinquir contra todas las leyes, hábitos y costumbres adoptadas que constituyen cánones formales de cualquier trabajo creativo? ¿Movimientos que generan los intervalos en un montaje de imágenes que permite correlacionar las transiciones entre un impulso vital y el siguiente  cual resumen de observaciones que dejan de pasar desapercibidas para el ojo del realizador / espectador? ¿Una incesante permutación de imágenes con ritmo basado en encadenamientos de sentido aparente? ¿Una fórmula matemática resuelta cual ecuación cuyo resultado es extracto concentrado de todo lo visto sobre el tema examinado o tan sólo observado? ¿Un ministro de defensa que no aplaude el desfile militar? ¿Golpe militar que más que rumor es anhelo colectivo?

 


 

El cine es una trampa. Espada de Damocles, sí. Sin embargo, en el estado de cosas actuales en el mundo, ¿cómo hacer cine? ¿Para qué? ¿Vale la pena hacer cine en éste país, por ejemplo? Para producir una película en medio de la crisis económica que vive el país, el tema debe ser banal y tratado banalmente: un comercial de ron y cerveza con béisbol, mujeres en bikini y chistes fáciles de aproximadamente 88 mins de duración. Por supuesto, el título de la película debe provocar hambre, pero no de cualquier comida. El hambre debe ser hacia la comida chatarra que “publicitariamente” se ha vendido junto a gaseosas o borracheras entre “panas” porque Ana no duerme y espera el día ya que quiere jugar con alguno de ellos, quizás. Debe ser así: quienes producen el comercial de 88 mins también son dueños de las cadenas de salas de cine donde se proyectará y monopolizan la distribución de alimentos chatarras a lo largo y ancho del país. Cada entrada debe ser garantía ineludible de consumo y gasto frenético, cada entrada debe ser una oportunidad de incrementar ganancias estimulando el apetito malsano por comidas que no nutren, más enferman, como lo haría una alienante cuña de casi hora y media de duración por la que además usted como espectador debe pagar para obtener el derecho de verla y finalmente, enajenarse totalmente de los problemas reales que evade la humanidad. Por supuesto, como realizador y crítico, me niego a hacer esto aunque la realización documental en tiempos de represión invisibilizada siempre ha sido un reto para los habitantes de AbyaYala: Los costos de los equipos necesarios para el trabajo cinematográfico promedio se han elevado exponencialmente debido a la inflación producto del sistema económico venezolano basado en el capitalismo rentístico petrolero, ahora en vías de privatización trasnacional. Además, la centralización y coordinación de todos los aspectos de la vida política, social y económica de  la nación se ha desenmascarado finalmente: Son los tiempos de la gleichschaltung – sincronización – donde se evidencia como todas las organizaciones sindicales, agrícolas y empresariales, con la participación cómplice de las instituciones ligadas a la educación y la cultura, quedan supeditadas a una dirección política autoelegida y acordada a puertas cerradas ese fatídico 20 de abril de 2013 en Miraflores y subrayada en República Dominicana seis años después con empanadas de bacalao noruego y ron cubano en Las Bahamas. Se trata de un Pacto de Punto Fijo versión 2.0, nuevamente de espaldas a una militancia de base enfrentada en la calle e igualmente traicionada por dicha cúpula política con el fin de ejercer un control sobre toda una población equitativamente mediocrizada en apariencia. 1984 en un mundo infeliz. Al menos eso cree la soberbia clase política dirigente. Encuestas, noticieros, entrevistas, discursos chapuceros se tienen por millares en la world wide web como evidencia de las negociaciones que venden a pedazos el erario público venezolano a los intereses transnacionales y el poder corporativo de los grandes centros financieros del planeta.


 

Las instituciones culturales de éste país han sido manejadas, generalmente, por personas que no manejan acuarela desde el kínder, por tanto, no saben del quéhacer creativo, improvisan mal, ordenan, imponen. Llevan las plataformas culturales institucionales como quien lleva una agencia de festejos para el gobierno de turno. Publicidad, esperan. Para mantenerse en las riendas del falso poder. Para Theodor Adorno, la cuestión cultural en los años que vendrían a la publicación de su ESTÉTICA se reduciría a esto:

"Los interesados en la industria cultural gustan explicarla en términos tecnológicos. La participación en ella de millones de personas impondría el uso de técnicas de reproducción que, a su vez, harían inevitable que, en innumerables lugares, las mismas necesidades sean satisfechas con bienes estándares. [...] La racionalidad técnica es hoy la racionalidad del dominio mismo. Es el carácter coactivo de la sociedad alienada de sí misma. Los automóviles, las bombas y el cine mantienen unido el todo social, hasta que su elemento nivelador muestra su fuerza en la injusticia misma a la que servía. Por el momento, la técnica de la industria cultural ha llevado sólo a la estandarización y producción en serie y ha sacrificado aquello por lo cual la lógica de la obra se diferenciaba de la lógica del sistema social. Pero ello no se debe atribuir a una ley de desarrollo de la técnica como tal, sino a su función en la economía actual, la "economía del beneficio" [...] Los talentos pertenecen a la empresa, aún antes de que esta los presente: de otro modo no se adaptarían tan fervientemente. La constitución del público, que en teoría y de hecho favorece al sistema de la industria cultural, es una parte del sistema, no su disculpa". (Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, en su "Dialéctica de la Ilustración" (1944)).

 

 


 

        Según Wladimir Maiakowski, uno de mis poetas favoritos, compañero de juegos de Eisenstein y ridiculizado por el centralismo del PCUS, el cine es el cosmos mismo: “El Cine conduce el movimiento. El Cine es el innovador de la literatura. El Cine es el destructor de la estética. El Cine no teme a nada. El Cine es un atleta profesional. El Cine es un catalizador de ideas. Pero el Cine está enfermo...”. Comparto éstas ideas. Sí, está enfermo. Muy enfermo. Una revisada de uno de los últimos trabajos del maestro Goddard ADIEU AU LANGUAGE (https://www.youtube.com/watch?v=_kfW9oXrn2k), aclara.

 
 
 

Dice Serge Moscovici en LA ERA DE LAS MULTITUDES:

“Las multitudes tienen una materia y una forma. Se componen de individuos sugestionables y polarizados, maleables y cambientes, sometidos a los azares del mundo exterior. (…) Según el esquema de Aristóteles, sabemos que necesita un tercer término, un demiurgo, el artesano capaz de unir… (…) Éste demiurgo es el líder. Transforma la multitud sugestionable en movimiento colectivo, soldado por una fe, actuando con miras a un fin. Es el artista de la vida social, y su arte es el gobierno, así como la carpintería es el arte del carpintero… (…)él es quien, tallando en lo concreto, en lo más vivo de la masa, la prepara para una idea con la que la masa deviene como uña y carne. (…) El líder encarna la idea ante la masa, y la masa ante la idea, las dos pavesas de su poder.” (Moscovici, S (2013). Pág. 158)

 

Pero, a las masas y sus asambleas, agrega Moscovici:

“…se las sabe amenazadas en una sociedad de instituciones frágiles y de creencias exangües. Pero nadie ignora que ningún siglo ha sido tan falto de vigor, tan desesperado, que no surja en él un grupo de hombres para oponerse a la opresión y afirmar los derechos de la libertad y de la justicia. Siempre ha habido, siempre seguirá habiendo hombres para quienes el poder absoluto sea un insulto y que pongan su pasión en combatirlo. Nada ha impedido jamás indefinidamente que se levanten los gérmenes de la rebelión. En la lucha por la libertad, no se sabe de antemano quién triunfará, pero la batalla es inaudita.” (Moscovici, S (2013). Pág. 194)

 

No sé porqué razón me viene al recuerdo aquella canción tan de adentro de la infancia: “Por allá por no sé dónde tampoco se sabe cuándo dicen que sale un espanto…” Como le dice Celine a Jesse en “Antes del Atardecer (Richard Linklater, 2003)”:

-        -    “Yo veo a la gente que hace el verdadero trabajo y lo triste es que los que son más generosos, más trabajadores y capaces de mejorar éste mundo normalmente no tienen el ego y la ambición de ser líderes. No se interesan en los beneficios superficiales. No les interesa si su nombre sale algún día en la prensa. Ellos realmente disfrutan el proceso de ayudar a otros. Viven el momento.

 
¿Eres tú uno de ellos?